La ciencia tradicional está asentada en un paradigma, en un modelo Darwiniano y Newtoniano y tal vez algunas respuestas no se explican desde esta mirada… entonces cuando algo no explica descubro que tengo que buscar en otro paradigma… Luego de entender, al menos yo, pude mirar hacia otro paradigma sintiendo que no traicionaba ni a la ciencia ni a mi espiritualidad. Tampoco significa pelearme con los que están viendo al hombre y al entorno desde allí, valoremos sus luchas y sus descubrimientos, en mi caso vivo hoy gracias a que un médico en un sanatorio se dio cuenta que no tenía más latidos y le hicieron a mi madre una rápida y urgente cesárea y a mi me “resucitaron”… los honro y sin sentir que los traiciono me abro a nuevos interrogantes.

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Imagino lo que habrá sido para los hombres de aquella época en la que tuvieron que dejar de creer en que la tierra era el centro del universo y aceptar que la tierra giraba alrededor del sol… hoy también esta humanidad que representamos se encuentra en la difícil tarea de empezar a entender que la física clásica en la cual nos formateamos no explica muchas cosas y hay que abrirse paso a la nueva física, una física moderna que cuando más se la explora, más se acerca a Dios.

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Peter von Buengner es el creador de este sorprendente equipo de biocomunicación instrumental llamado QUANTEC… El componente central de la tecnología cuántica con la que trabaja es un diodo que produce un ruido blanco. Este ruido blanco es capaz de actuar como interfaz con cualquier forma de conciencia y permite de esta manera la comunicación a distancia entre un ser vivo, personas, animales o plantas y el equipo,  en segundos nos brinda la información que toma de sus cuerpos (cuerpo físico, energético, emocional, mental y espiritual) y puede a su vez enviar durante todo el día las frecuencias homeopáticas y los recursos que encuentra necesarios para volvernos a la armonía. En ningún caso debe tomarse como diagnóstico.